A huevo podrido huele, y dificultades para respirar producir suele.”

Es un gas incoloro con un olor penetrante que se genera con la combustión de fósiles, como carbón y petróleo, utilizados principalmente para la calefacción doméstica, la generación de electricidad y los vehículos a motor. También se origina de la fundición de menas (minerales de los que se extraen un metal) que contienen azufre.

El SO2 puede afectar al sistema respiratorio y las funciones pulmonares, causando además irritación ocular. La inflamación del sistema respiratorio provoca tos, secreción mucosa y agravamiento del asma y la bronquitis crónica; asimismo, aumenta la propensión de las personas a contraer infecciones del sistema respiratorio. Los estudios indican que un porcentaje de las personas con asma experimenta cambios en la función pulmonar y síntomas respiratorios tras períodos de exposición al SO2 de tan solo 10 minutos. Los ingresos hospitalarios por cardiopatías y la mortalidad aumentan en los días en que los niveles de SO2 son más elevados. Además, en combinación con el agua, el SO2 se convierte en ácido sulfúrico, que es el principal componente de la lluvia ácida que causa la deforestación.

Fuente: https://biblioteca.semarnat.gob.mx/janium/Documentos/Ciga/Libros2013/CD001593.pdf